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Los Celos

Llamamos celos a esa manera de control obsesivo que se pone en marcha ante el miedo a perder una "posesión". Cuando en una relación se siente que el amor de la persona amada le ha sido quitado o está en peligro de serlo por una tercera persona, los celos aparecen.

Los celos suelen darse en personas dependientes con una frágil autoestima que se sienten terriblemente vacías ante la posibilidad de perder al ser amado. Su vida nunca ha sido cultivada interiormente necesitando constantemente del apoyo de unos u otros para poder proseguir en su andadura.

Los celos son su manera de controlar aquello que temen perder previendo en todo momento que la simple posibilidad de "abandono" no llegue a darse. Pero al contrario de lo que esperan, su constante control y desconfianza producen otro efecto. La persona víctima de los celos del otro, se siente cada vez más agobiada y necesita huir de tal aprieto.


Los celos siempre acaban produciendo el efecto contrario del deseado: el receptor de los celos no aguanta más una fidelidad nunca creíble por más justificaciones que lleve acabo y el celoso se siente atormentado por su fijación de ideas y desesperado cuando por fin la consecuencia previsible es la ruptura de la relación tan protegida.

Los celos se consideran una conducta patológica cuando se instauran en el patrón habitual de la persona haciéndola sufridora de una ausencia de fuerza interior. Los celos pueden llevar a la persona inestable afectivamente a llevar a cabo algunas conductas psicópatas.

La idea fija de traición está tan asentada en su interior que al verse hundida reacciona amoralmente. "¡Si no va a ser mío, no va a ser de nadie!!"- palabras dramáticas que a menudo descubren a ese ser absorbente que describíamos víctima de la emoción negativa llamada celos.

La mezcla emocional viene determinada por tres emociones: ANSIEDAD-AGRESIVIDAD-TRISTEZA.
El componente principal casi siempre es la ansiedad, es la duda; cuando impera la ansiedad es porque se duda sobre si se puede recuperar o no el cariño. Además los celos tienen un intento de control, por eso domina muchas veces la ansiedad. Si no se ha producido aún la muda, se da ansiedad principalmente.
Si existe la certeza de la muda, tarde o temprano se convertirá en tristeza. Es cuando ya se ha producido la muda. Habrá agresividad cuando intentemos conseguir que no se produzca la muda intentando recuperar lo que es nuestro. Este tipo de celos tan arraigados y profundos, necesitan una buena terapia para poder descubrirlos y vencerlos.

Trabajando los pensamientos confrontándolos con la realidad ayudará a detener la fuerza con que invaden a la persona que los sufre.

Los celos se dan por vigilar aquello que se puede perder. Se da la conducta de celos por la INSEGURIDAD en pareja, lo correcto es aprender a tolerar la realidad.

1º Error ante la duda: Anticipar lo negativo, no respetar la realidad

2º Error: Anticipar lo positivo, generar una fantasía de que todo va bien.

3º Error: Después del 1º y del 2º dar respuesta de evitación: hacer como el avestruz, no ver la realidad porque no quiero ver lo que no me gusta.

Planteamiento correcto: Respetar la realidad, la respuesta correcta es “no lo sé”, mantener la duda. Los celos nunca son positivos porque la persona tiene que creer en sí misma y valorarse sin necesidad de depender exclusivamente de otros para existir.

Una relación de pareja en la que exista suficiente espacio para poder disponer de una parcela privada para cada miembro y una común para ambos logrará un mejor entendimiento y equilibrio facilitando el desarrollo de ambos.

Los celos son una de las emociones naturales en nuestra sociedad, como el odio o el amor, pero los celos pueden poseer tanto rasgos negativos como positivos. Debido a que se tiende a percibir los celos normales como una muestra de afecto por parte de la persona amada, una justa cantidad de celos sería necesaria. Sin embargo, si en una pareja los celos son permanentes, éstos tienden a desgastar y perturbar la relación afectiva, porque surge el reproche, el reclamo, la exigencia de incondicionalidad hacia el ser querido, etc.

La soledad provoca tal angustia que exacerba el miedo de perder a la persona amada. Justamente para contrarrestar esa angustia es que surgen los celos. A su vez, demuestran el dolor que conlleva darse cuenta que uno no es insustituible.

En una pareja es importante respetar la libertad de cada miembro, su estado anímico y sus necesidades. Cuando en ocasiones uno de los integrantes de la pareja se cree propietario de los sentimientos del otro, entonces, el equilibrio se rompe y aparecen los celos.

El perfil psicológico de la persona que siente celos se relaciona con la baja autoestima y la inseguridad. Estas personas, además de tener reacciones emocionales negativas, tienen necesidades de estimación y demanda continua de aprobación. La persona celosa reclama un sacrificio, desea ser amado incondicionalmente, siendo incapaz de sacrificarse, puesto que suele ser demasiado egoísta y desconfiado. Por estas necesidades de estimación, suelen demandar constante aprobación.

Cualquier cambio en el contexto de la pareja puede llegar a ser motivo para una reacción de celos en estas personas. Aparecen pensamientos de engaño y se atiende selectivamente a señales de alerta, creando de esta manera un rival imaginario inexistente. Al no poder controlar estos sentimientos la persona se torna cada vez más insegura y muy vigilante, generando, como consecuencia, reacciones agresivas o "escenas de celos".

A largo plazo, los interrogatorios se vuelven rutina, la persona celosa controla la libertad y movimientos de su pareja y la relación comienza a deteriorarse. La comunicación se ve reducida exclusivamente a las preocupaciones y pensamientos del celoso.

El bienestar de la pareja teñida de celos se va debilitando paulatinamente. En una pareja donde los celos predominan, se presenta la frustración y la pérdida que provocan odio y agresión. Así, llegan cuestionar si realmente existe amor entre ellos.

Si la persona se vuelve más autónoma y creativa la probabilidad de que los celos se produzcan es menor, ya que la relación entre estos tres factores se torna menos significativa.
Si uno se ama a sí mismo, la comparación con los otros disminuye y cuando la competencia no existe, se es menos vulnerable a sentir celos. Al volverse irremplazable en una relación los celos desaparecen.

En ocasiones, cuando los celos aparecen, son debido a malinterpretaciones de situaciones ambiguas. En vez de pararse a pensar en otras posibles explicaciones, se permite que las emociones inunden el raciocinio. Por este motivo, es muy importante tomarse un momento para analizar tanto las impresiones como los pensamientos que atraviesan la mente en situaciones ambiguas.

Señales de alarma: Necesita controlar todos los movimientos de su pareja. Opina que eres un ingenuo o una ingenua y que te pueden engañar. No le gusta que salgas sólo/a o con tus amigos. No le gusta que lleves cierto tipo de ropa provocativa. Sólo te quiere para ti. Arma una escena de celos sin motivos. Cree saber más sobre ti que tu mismo/a.

Tácticas para evitar los celos: Intentar que se sienta seguro/a de la relación, mostrando lo bien que están juntos, pero sin dar explicaciones de lo que hace la pareja constantemente. Aclarar desde el principio cualquier situación que le pueda llevar a crear una sospecha más. No intentar que reconozca que todo lo que le ocurre es por celos. Explicarle cómo se siente la pareja cada vez que le espía o le interroga. Preguntarle por qué no puede confiar en la pareja si es que realmente le quiere.

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