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Amor, Matrimonio y Sexualidad - Parte I


Nosotros, como individuos, no somos fenómenos aislados. Toda nuestra vida se basa en relaciones con otros individuos, la perfección no se puede alcanzar en forma independiente. Como somos una especie gregaria por naturaleza .No es posible que cada uno de nosotros desarrolle su propio carácter como una unidad aislada.
Gran parte de nuestro camino hacia la perfección personal atraviesa las vidas de aquellos con quienes nos ponemos en contacto. La forma en que los tratamos, la forma en que reaccionamos a ellos, afecta nuestro propio carácter y ayuda a modelarlo, sea para mejor o para peor.

Las relaciones fundamentales de la vida humana se encuentran, por tanto, en la familia. Por grande que sea la amistad, ella no es la base de la sociedad humana. La base está en formar pareja. El hombre y la mujer son la unidad primordial; alrededor de ellos se reúnen los círculos crecientes de niños, parientes y amigos.

Una de las cosas más esenciales en la vida de todo individuo es su forma de abordar el tema del sexo. La gente siempre ha sabido que es importante, pero nunca ha alcanzado dimensiones como las actuales a la vista del público. El mundo civilizado se revuelca en conciencia sexual, en libertinaje sexual, en literatura y en estimulantes sexuales. No obstante todo el énfasis exagerado que se ha puesto en él, no parece haberse encontrado la solución a los problemas que plantea; por el contrario, se están multiplicando con tal rapidez que los pronósticos actuales indican que en los Estados Unidos, la mitad de los matrimonios puede fracasar.

Los divorcios dan un salto hacia adelante; la frecuencia de las enfermedades venéreas, va en continuo aumento; el índice de natalidad en muchas naciones grandes, disminuye; la perversión moral aumenta peor que todo, el libertinaje y la promiscuidad saturan grupos de edades cada vez menores; en verdad, las prostitutas de menos de nueve años de edad no son desconocidas en la actualidad en la sociedad occidental, la que está tocando nuevas profundidades de degradación moral abismal mediante la creciente publicación de pornografía infantil, el reflejo de una mentalidad tan depravada que da terror a cualquier persona normal.

Es evidente que hay algo que está completamente mal. Debemos estar actuando en contra de leyes espirituales fundamentales, en contra de directrices morales esenciales que son indispensable para nuestro desarrollo, porque sí estuviésemos actuando en conformidad con ellas, los males mencionados anteriormente irían en disminución en lugar de aumento.

Se podría decir, que, en términos generales, existen tres actitudes hacia el tema matrimonio:

La del oriental, quien no posee elevadas anticipaciones de hallar sea amor perfecto o cualquier otro tipo de relación ideal en su unión, que lo considera como un acto esencial de la vida mediante el cual puede perpetuar su nombre con honor y puede contribuir su cuota de prole a la sociedad;

La del europeo (por falta de un término más adecuado), que también tiene pocas ilusiones en cuanto a los estados ideales de felicidad que puede alcanzar mediante el matrimonio, quien es más libre en su elección, pero sin embargo muy convencional en tales cuestiones, y que tiene un alto respeto por la vida en familia como una institución, pero que no muestra aversión en buscar su agrado en otra parte;

Y la del americano, quien espera demasiado del matrimonio con un esfuerzo excesivamente pequeño de su parte, que lo aborda en forma en exceso individualista, con una falta de consideración extrema por el consejo de sus mayores y sale corriendo de él en forma muy precipitada.

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