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Que tengo que saber de mi pareja - Parte II


5. Tareas para tener una visión madura del amor:

Esforzarse en lograr un equilibrio en la pareja. Reducir la velocidad del proceso, pues la prisa no es buena consejera. Cultivar el amor y el compromiso a largo plazo. Comprobar la realidad, mirando hacia delante. Crea una relación marital basada en el respeto y la comprensión. Aclarar las actitudes para que ambos las comprendan. Separar las fantasías de la realidad. No usar la relación marital como un castigo o recompensa. Aceptar los defectos propios y los de la pareja. Evaluar los valores y metas de cada uno. Ser realista acerca de las etapas y los cambios en las relaciones. Buscar orientación matrimonial en los expertos.

6.Respetarse mutuamente:

Todas las acciones que realicen deben estar presididas por el mutuo respeto. Tengan muy claro las enormes diferencias, principalmente sentimentales y de carácter, que hay entre el hombre y la mujer, por lo que tendrán que determinar claramente, los límites de sus relaciones y proteger los de ambos. En ningún caso abusen de sus atribuciones para imponerse a la pareja.

Si en algún momento se pierden el respeto, tienen que intentar por todos los medios volver a equilibrarlo. No puede haber un matrimonio donde no haya un gran respeto en las relaciones. “Lo siento”, son dos palabras mágicas, que allanan el camino para cualquier reconciliación, junto con la continua práctica del ejercicio del perdón. Deben aprender a negociar, honradamente, cualquier dificultad o problema que surja, mejor preverlo antes de que surja.

7.Aclarar las expectativas que se tienen para el Matrimonio:

Determinen sus expectativas, para encontrar las que sean realistas y las que no lo sean, compártanlas para crecer a la par, intentando cada uno mejorar al otro profesional, económica, social y religiosamente. Identifique las necesidades que van a tener como matrimonio, incluyendo la posibilidad de pedirle a la pareja, que haga cambios en su futura forma de vida. Aprendan a crecer y a madurar juntos.

8.Ser honestos:

Aprenda a fortalecer la honestidad, en todas las acepciones de la palabra y en todas las situaciones del Matrimonio. Déjese de ambigüedades y practique la franqueza. Que su si, sea un si, y que su no, sea un no. La práctica de la franqueza, es una actividad que debe ser ejercitada continuamente. Si tiene un problema de celos o sus acciones los están produciendo o insinuando, inmediatamente pónganse a dialogar profundamente esas situaciones, nunca lo dejen para el día siguiente. Separe lo que sean deseos con la realidad en la que vive y actúe en consecuencia.

9. Comunicarse efectiva y afectivamente:

En la comunicación honesta, sincera y educada, está una gran pare del éxito del matrimonio. Tienen que aprender a comunicarse bien con su pareja, haciendo hincapié en las cosas que tienen algún punto de aspereza. Fomentar la comunicación con diálogos y nunca con discusiones. Las palabras pueden construir o destruir la relación.

Aprenda a comunicarse en todos los temas, pero principalmente en los que conciernan a la pareja y a la educación de sus hijos. Busque los mejores momentos del día para la comunicación, evitando hacerlo cuando haya fuertes tensiones o delante de personas ajenas.

Lean buenos libros sobre la comunicación en el matrimonio, para aprender las distintas técnicas, para realizar de forma constructiva y sin interrupciones la comunicación, discusión y dialogo. Aprenda previamente a analizar, sintetizar y desmenuzar las cosas que va a comentar, para no salirse del tema de la conversación y hacer mezclas con otros temas, que pudieran desvirtuar el tema dialogado.

10. Aprendan a aceptar las diferencias:

Ya en el noviazgo y mucho más en el matrimonio, empezarán a encontrar diferencias, unas de principios y otras de costumbres. Diferencias religiosas, políticas, sociales, económicas, educacionales, etc.
Deben de seleccionar el grano de entre la paja. No todas las diferencias tienen que ser excluyentes en las relaciones. Muchas de ellas pueden quedarse en el matrimonio, porque se complementan perfectamente, para hacer crecer a la pareja. Sean muy flexibles en las cosas que se pueden cambiar, pues habrá otras que deberán negociar su eliminación, sustitución o silenciamiento.

Aprender a aceptarse a uno mismo con las virtudes y defectos, así como aceptar también las virtudes y defectos del futuro cónyuge, le hará más fácil encontrar el camino, para formar un matrimonio que aprenda a crecer en verdadera unión.

Nunca se vaya a dormir sin haber tenido con su pareja un gesto o una palabra de perdón o de cariño sobre las cosas en las que haya habido alguna diferencia. El siguiente día tiene que ser un nuevo día, un comienzo de la vida, sin ningún lastre de las cosas negativas, que hayan pasado el día anterior. Acostúmbrense los dos juntos, a ponerse en presencia de Dios, todas las veces que puedan y realicen conjuntamente sus prácticas religiosas, sin tener miedo ni vergüenza, ante su pareja. Desde el día de su Matrimonio Vds. son una sola carne.

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